martes, 11 de noviembre de 2014

Un ascenso ¿meteórico?

Posiblemente si pensáis y analizáis esta común expresión, os daréis cuenta de que no tiene mucho sentido ¿verdad? Si pensamos en algo que asciende a gran velocidad no pensamos en ningún momento en un meteorito, ese ente estelar y rocoso que acabó con el reinado de los dinosaurios, o simplemente un pedrusco que cae del cielo y se desintegra antes de tocar tierra. Pues bien, como siempre, la respuesta está en ese antepasado nuestro, que tantas palabras nos ha dado junto al latín y que es el griego.
En primer lugar hay que aclarar que la expresión viene de la palabra meteoro y no meteorito que se compone de otra manera.

En el aspecto etimológico de la palabra meteorito se diferencian el prefijo "meta" con el sentido de entre, y "eoros", que se eleva o flota en el aire.
Por lo tanto nos referimos a cualquier fenómeno que surge y se eleva o cae en nuestra atmósfera, así como sea una piedra o el viento que asciende raudo en torbellinos.

De esta manera cuando apliqueis esta expresión sabed, que no se trata de un meteorito, sino de un fenómeno de nuestra preciada atmósfera.